viernes, 16 de noviembre de 2007

bitácora del miércoles 14 de noviembre

La primera parte de la clase estuvimos analizando críticamente el diseño curricular del Cervantes. Hubo dos grandes aspectos cuestionados:

1. La incongruencia y falta de innovación curricular. El Cervantes, por una parte, afirma su vocación comunicativa (como declara en el primero de sus fines generales), alineándose con las corrientes pedagógicas europeas que han apostado por ese carácter pragmático, y por un aprendizaje basado en el estudiante. Pero, por otra, ofrece un contenido bastante convencional, en el que lo que parece primar es el esfuerzo por conciliar esa orientación general comunicativa con el peso que la tradición educativa hispana le concede a la escritura y al trabajo gramatical. El Cervantes, por tanto, pretende combinar lo comunicativo con lo cultural y lo gramatical, pretende reunir un trabajo equivalente de las cuatro destrezas. Esa vocación ecléctica puede ser valorada positivamente. Sin embargo, también es cuestionable la falta de investigación y de innovación curricular, ya que el Cervantes parace conformarse con adaptar el enfoque comunicativo europeo a los parámetros de la pedagogía de la lengua en España.

2. El sesgo ideológico. Su naturaleza institucional al servicio del estado español. De sus cuatro fines generales al menos dos de ellos declaran la intención de trabajar para la expansión de una imagen positiva y moderna ("auténtica", la llaman) de España, y de unos valores democráticos-occidentales. Es decir, el Cervantes se considera portavoz de la cultura institucional española, pieza clave en la estrategia de España por cambiar su imagen en el exterior (pues hace unos años España, al menos en Europa, tenía una imagen de país atrasado y provinciano) y por expandir su cultura (paralelamente a la expansión de su economía). En ese sentido, el Cervantes mezcla sus intereses pedagógicos con intereses políticos. En la práctica eso se traduce, por ejemplo, en la selección de aspectos culturales, donde suelen primar aquellos que ofrecen determinada imagen de España (como país singular culturalmente pero al mismo tiempo moderno, multicultural y eficiente, rica en patrimonio artístico y folclórico), y por tanto, algunos problemas cotidianos quedan oscurecidos (como el racismo latente de su sociedad, sus problemas de vivienda o los problemas de enfrentamiento político entre sus regiones). Todo ello supone una limitante desde el punto de vista del aprendizaje pragmático (es decir, ¿se prepara al estudiante extranjero a interactuar con una España real o se le refuerza una mirada turística y apreciativa de lo español?).

La última parte de la clase repartimos los capítulos del Diseño curricular del Marco Europeo de Referencia para la enseñanza de lenguas, en su adaptación a la enseñanza del español. Es el modelo en el que se basa el Cervantes y, por tanto, merecía la pena adentrarnos en él. Además, está cobrando cada vez mayor importancia en la enseñanza de L2 en México, como vimos en la edición de manuales de español y en la configuración de los niveles de competencia de los programas académicos de español.

A continuación pueden hacer cualquier comentario sobre lo que aprendieron en esta clase o lo que quieran agregar a la bitácora.

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